El serafin de paz te llega con las esencias alquímicas de los maravillosos cristales: iolite, cuarzo rosa y amatista la esencia alquímica del iolite nos da la experiencia de entrar en un espacio sagrado, con la consciencia elevada y la mente serena; es como escuchar música de ángeles rezando arrodillados en una catedral de piedra fresca, donde entra el sol por los vitrales pletóricos de violetas y azules… o la de estar extasiados en la mística divina frente a la inmensidad del océano anocheciendo quieto; cuando el sol aún entrega sus últimos rayos por debajo del horizonte y la brisa refresca… la esencia alquímica del iolite se adentra en nuestra mente sosegándola y fortaleciéndola, manteniéndola intacta. Infunde gran determinación y conexión con nuestra espiritualidad, sorteando todos los obstáculos entre nuestros sueños y nuestra realidad. Dice: “vacíate de todo lo ajeno. Reconoce quien eres ”. Nos enseña a estar dispuestos a hacer silencio en la mente y en el cuerpo, para dejar que el alma sea en nosotros. Tiene el talento de hacernos encontrar donde somos alma, aún en las situaciones más confusas y alteradas. Ella introduce la paz de las galaxias en nuestras mentes. Físicamente con su toma, libera a la mente torturada por pensamientos insistentes y horrorosos de muerte y desamparo; poco a poco vamos apagando las llamas emocionales que consumen nuestra mente y las ideas “desalmadas” que las producen, conduciéndonos suave pero firmemente a una habilidad de neutralidad emocional, que nos libra del infierno que a esta altura había invadido nuestro suelo sagrado volviéndolo a su sacralidad original, dejándolo como siempre ha sido y será: eternamente intacto. Es un gran estructurante de la mente cuando esta está a punto de fraccionarse, tiene el profundo poder de alcanzar el fortalecimiento del yo madurándolo; deviniéndolo integrador. Dejando paso a una mente unívoca y sin dudas con un fuerte foco espiritual integrador y realizador, un foco espiritual que ve lo oculto a los ojos. Así nos conduce de vuelta al alma, adentrándonos en los reinos de la estabilidad y la seguridad que da el estar “almado” . La esencia alquímica del iolite nos enseña a ver lo invisible y a seguir la guía espiritual que nos alinea con nuestra alma. El cuarzo rosa en gema dice: acércate sutilmente… ven a sentir el amor divino… cuando tu mundo sea sólo de caricias y aprobaciones, cuando tu corazón esté tan expandido que puedas comprender a las mariposas y a los ángeles, cuando el cielo de estrellas se derrame para darte de beber y la respiración te sacie; recién entonces comenzarás a presentir cómo es el amor. ¿conoces el amor? ¿cuándo fue la última vez que te corregiste con aprobación? ¿o que te limitaste a ti mismo, con consideración a ti mismo? O mejor aún ¿cuándo fue la última vez que te perdonaste, y perdonaste a otros desde tu corazón? Acostúmbrate a mirar a través de la aprobación, a través de la atención, a través del consuelo. A mirarte a ti mismo así. Mírate y mira el universo que eres, como si miraras a través de este cuarzo rosa… endúlzate en él y sospecha en su caricia, la infinita misericordia divina. La esencia alquímica de amatista es capaz de encantar a la mente hipnotizándola con su belleza y serenidad, permitiéndole ingresar al estado de quietud que necesita para desplegar todo su potencial. La mente tocada por la amatista, cede, se flexibiliza, se calma, se serena y cambia la frecuencia de mente lineal en la que estaba sintonizada haciéndose finalmente permeable a la paz que abre la puerta de la mente superior. Cuando la mente se serena todos los cuerpos se alinean a esta paz y dejamos de sembrar dolor en nosotros. Nuestros pensamientos condicionan nuestra vida, atraen sentimientos y sensaciones asociados a ellos, por eso cuando aquietamos la mente dejamos de atraer el dolor que los pensamientos negativos generan. Con la esencia de amatista nos aquietamos y relajamos permitiéndonos sentir la paz que tanto añoramos, y podremos tomarnos un buen descanso que nos recupere de los dolores del pasado. Ella tiene la llave de la serenidad que abre la puerta de nuestra mente superior, nuestra mente intuitiva, la que habla con nuestra alma. Esta magnífica esencia alquímica de amatista es la que le permitirá a la profundamente sanadora esencia alquímica del iolite realizar su trabajo.